lunes, 17 de diciembre de 2012

“Putos peronistas, cumbia del sentimientos”, cine debate en la Casa de la Cultura


La responsabilidad política  para la inclusión real de la diversidad sexo- afectiva y nuevas masculinidades

En sintonía y colaboración con la Casa de la Cultura de la provincia de Salta, la 
asociación Dr. Miguel Ragone proyectó en el día de ayer el documental “Putos peronistas, cumbia del sentimiento”, producido y articulado por la organización militante cuyo nombre precede al título del mismo. El encuentro se realizó en la sala Mecano perteneciente a la Casa de la Cultura de la provincia ubicada en Caseros 460; se dieron cita periodistas, la organización militante peronista “El Aguante”, encabezada por Juan Emilio Ameri y público interesado en la temática social propuesta.

Documental que registra la formación, desarrollo y crecimiento de la primera agrupación peronista gay de la Argentina desde su antecedente, el Frente de Liberación Homosexual, creado a principios de los años 70, hasta llegar a nuestros días. El film propone a través de un seguimiento íntimo conocer la vida de los integrantes de la Agrupación Nacional Putos Peronistas (PP) y su militancia detrás de la convicción de que el peronismo es el único movimiento capaz de lograr el sueño de “vivir y amar libremente en una patria liberada”. La película sigue los pasos de esta organización desde 2007, cuando los PP aparecieron por primera vez en la Marcha del Orgullo con su bandera recién pintada y la consigna “el puto es peronista, el gay es gorila”. “Por entonces, ser peronista no estaba tan de moda”, como cuenta Pablo Ayala, uno de los fundadores de los PP, “una cosa es ser marica en Palermo y otra donde viven ellos, en La Matanza”.

En su recorrido obstinado y enérgico por reconocimiento de derechos y efectiva inclusión social de estas minorías excluidas sistemática e históricamente, los PP destacan, en el documental, el rol fundamental de las gestiones kirchneristas -iniciada por Néstor Kirchner y profundizada por Cristina Fernández- en la adopción de políticas de Derechos Humanos no sólo como herramienta de juzgamiento a genocidas o como un pacto o contrato entre Estado y ciudadanía, sino cómo vehículo lógico de construcción e inclusión social. Los protagonistas lo mantuvieron siempre en claro. “Éste era el momento, era ahora o nunca”, sollozaba uno de los personajes en plena Plaza de Mayo la noche de la aprobación de la Ley de Matrimonio Igualitario; en una mezcla paradojal de descreimiento por el momento especial que atravesaba  pero de comprensión y entendimiento como una derivación por el esfuerzo y la militancia de años y años. En resumen, la organización militante expone un paralelismo entre sus anhelos conquistados y la política de inclusión y apertura de derechos que caracteriza al actual gobierno argentino.

En la fiesta de la democracia del pasado domingo no podían dejar de notarse las banderas del arcoíris flameando palmo a palmo junto a las diversas banderas de las otras agrupaciones políticas y militantes, indicio del comienzo de un cambio cultural respecto a  las representaciones de la diversidad y la ampliación de derechos. Y en este sentido, fue Néstor Kirchner ,como principal impulsor de la Ley de Matrimonio igualitario, una figura esencial que marca un nuevo sujeto político, alejado de los límites de una masculinidad enquistada en la vida política, donde lo diverso, lo diferente era algo que debía ocultarse o negarse. Tal como lo enuncia la presidenta,  “Si Néstor (Kirchner) no hubiera estado sentado no sé si hubiera habido matrimonio igualitario. Esta distinción la quiero compartir con el pueblo pero también con él porque luchó a capa y espada por los derechos de los argentinos”. 

Finalizada la proyección el jefe del Programa de Desarrollo Territorial, Fernando Pequeño Ragone, expuso las palabras iniciales para la apertura a un debate reflexivo sobre el documental, debate del que participaron todos los presentes.

A nivel de conclusiones generales surgió el criterio insoslayable de que resulta imperioso que los partidos políticos deben discutir los sentidos de masculinidad que la mayor parte de funcionarios y políticos aprendieron y las traducen a las luchas por el poder partidario y en las políticas públicas. Son formas de ser hombres que hoy resultan nocivas para la sociedad y la política.

Los partidos políticos deben reflexionar y debatir sobre nuevas formas de militancia para comprender que existen otras maneras de vivir la política, formas que incorporen positivamente nuevas masculinidades y la diversidad sexual como sujetos plenamente participativos de la política partidaria y no como objetos pasivos de la política pública.

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