El día 3 de Noviembre a horas 20:00 se llevó adelante el
Ateneo Dr Miguel Ragone en el Centro Vecinal de Barrio Los Olivos, en esta
oportunidad se debatió con dirigentes de la zona, un tema muy amplio como lo es
“el Neoliberalismo”.
El neoliberalismo cobra fuerza, no sólo en razón de la
desintegración política y descomposición económica de los socialismos reales,
sino porque se fundamenta en las fuerzas motrices de la nueva revolución
tecnológica.
En esta oportunidad, los dirigentes contaron que muchos a la
hora de decidir piensan con el estómago, otros dijeron que realmente los
procesos políticos a ellos mucho no les importaba, ya que daban por hecho que
venga quien venga ellos van a seguir siendo pobres; y venga quien venga,
igualmente todos hacen políticas públicas que favorecen a los pobres.
También compartieron preocupaciones tales como que en el
mundo que ellos se mueven, jamás gozan de una paritaria, sobre todo cuando son
trabajadores independientes, también relataron sus formas de vida, y su
experiencia macro económica que simplemente se trata de llegar a fin de
mes que ejemplifican con el tema del
gas: mientras muchos pagan bimestralmente $ 150 hasta $ 500 dependiente de la
zona, ellos tienen que pagar $ 90 por cada garrafa de gas y necesitan entre 3 y
4 en un mes, lo cual significa que pagan de gas aproximadamente en forma
bimestral $ 520 (entre 6 y 8 garrafas mensuales). Además expresaron que en
muchos barrios de la zona de gente trabajadora y humilde tienen medidor de agua
y que eso no sucede con muchas propiedades de primerísimo nivel.
Frente a estos cuestionamientos se entablo un debate muy
enriquecedor. Se leyó, se aprendió y se debatió cuestiones que atraviesan la
vida cotidiana de las personas que viven a los alrededores de esos barrios, las
cuales se manifestaron a través de sus dirigentes que cumplieron, y se hicieron
presentes en el centro vecinal para seguir aprendiendo sobre estos temas tan
complejos como lo es el neoliberalismo.
Gabriela Vuistaz, representante de la Asociación Miguel
Ragone agrego: “Pero debemos reconocer que aprendimos mucho más de lo que
pudimos enseñar”
La "cultura de la exclusión", agravada por la
simbiosis del neoliberalismo y la globalización, saca de la escena económica a
muchedumbres de mano de obra, a miles de empresas productivas, a Estados
conformistas y debilita la misma identidad nacional. Somos mundos y países tan
diferentes y tan distanciados, cultural y económicamente, que sólo una vía no
nos podría congregar a todos. Lo importante es que haya creatividad, sin
imperios ideológicos.
Este es un resumen de los puntos principales que se trataron
durante la jornada:
1. El presente del neoliberalismo
1.1. Simbiosis del neoliberalismo y de la globalización
Al finalizar el siglo XX enfrentamos la simbiosis del
neoliberalismo y de la globalización. Esta integración no es historia nueva: el
liberalismo de mercado del siglo XIX se desarrolló sobre las fuerzas motrices
de la revolución industrial. El neoliberalismo de fines del siglo XX se afianza
en simbiosis con la impetuosa revolución tecnológica, que Frank Hinkelammert
describe como "el huracán de la globalización".El neoliberalismo
cobra fuerza, no sólo en razón de la desintegración política y descomposición
económica de los socialismos reales, sino porque se fundamenta en las fuerzas
motrices de la nueva revolución tecnológica. Por su parte, el mecanismo de
funcionamiento de esta reconversión productiva se acomoda a las pautas y normas
de la economía de mercado, una vez desaparecidos aquellos socialismos reales.
Esta simbiosis crea el imperialismo teórico y práctico del neoliberalismo.
La actual revolución tecnológica ofrece algunos aspectos
atrayentes y positivos. Mientras que en las décadas de la guerra fría, gran
parte de los inventos e innovaciones tecnológicas se aplicaron a la carrera
armamentística y a la gestación de la muerte, la actual revolución tecnológica
nutre importantes avances de la producción civil, que mejorarían los niveles y
géneros de vida: revolución de la informática, microelectrónica,
comunicación-información, biotecnología, junto con los nuevos productos y
nuevos modos de producción, calificados como reingeniería empresarial. Una
revolución tecnológica al servicio de la producción y de la vida.
Sin embargo, junto con estos aspectos positivos y tal como
lo ha descrito el gran economista Joseph Schumpeter, las revoluciones
tecnológicas aparecen en la historia como un "proceso de destrucción
creativa": los nuevos inventos-innovaciones generan la desaparición de los
modos de producción obsoletos y el desalojo de factores de producción menos
eficientes, entre ellos, una gran parte de la mano de obra. Al darse
actualmente la simbiosis de este proceso de destrucción creativa
(globalización) con las normas de eficiencia-competitividad (ventajas
competitivas) del mercado neoliberal, se gesta una "cultura de la
exclusión", o de muerte lenta y masiva de gran parte de la humanidad.
Luego de la guerra fría se inicia la era de la "paz-violenta", sin
que se reabra un juicio de Nüremberg. Por ello, al finalizar el siglo XX
reaparecen, en clave mayor, los mismos problemas de fines del siglo XIX, la
creciente proletarización humana y el darwinismo social. Es lógico que junto a
los neo-clásicos y neo-liberales afloren los neo-keynesianos, los
neo-estructuralistas y los neo-socialistas. Por desgracia también repuntan el
neo-fundamentalista étnico-religioso que siembran el miedo y la muerte.
1.2. Tres grandes mercados
Este proceso de globalización tecnológica no afecta
solamente al feudo económico-empresarial; la cultura de la exclusión invade las
fronteras del orden político-democrático, la estructura social y el ámbito de
los valores éticos. El proceso de globalización integra, al menos, tres grandes
mercados.
(1) El mercado de las empresas transnacionales. La
primera sorpresa es que al listar las naciones de acuerdo con el volumen de su
Producto Interno Bruto, el país No. 15 se llama General Motors, y el
16, Exon Company... En 1994, el Producto Interno Bruto de El Salvador era
de 8,070 millones de dólares; en el mismo año, la facturación
de Mitsubitshi era de 175,800 millones de
dólares; Mitsui facturaba 171,500 millones de
dólares; Sumitomo162,500 millones de dólares; General Motors 155,000
millones de dólares... Es decir, 20 o 22 veces el Producto Interno Bruto de El
Salvador. Al ser estas megaempresas veinte veces más poderosas que muchos
Estados, arrollan nuestras fronteras con sus productos y capitales. En
realidad, no necesitan arrollar las fronteras porque la teoría imperante ordena
que los Estados "deben facilitar los flujos de mercancías y capitales y
fomentarlos con subvenciones inmensas y que en tamaño superan la cantidad de
subvenciones que el Estado Social jamás haya efectuado".
(2) En simbiosis con las megaempresas y grandes bancos
comerciales se sitúa el mercado financiero, que integra al instante las bolsas
de valores mundiales. Este mercado de capitales financieros moviliza
diariamente l,2 trillones de dólares. Para decirlo en forma gráfica: "en
cuatro días de transferencias bancarias internacionales, resultado de las
transacciones de divisas, se manipula más dinero que toda la producción creada
por la economía de Estados Unidos en un año, o por la economía mundial en un
mes". Todos somos testigos del efecto-dominó que la crisis bursátil de
julio y octubre 1997 ha venido generando a lo largo del presente año en todos
los rincones del planeta, a partir del epicentro sudasiático, o países
dragones, que se nos proponían como modelos económicos para el tercer mundo. La
especulación financiera genera una inestabilidad monetaria que desestabiliza a
las mismas megaempresas y Estados, como lo escucharemos más adelante del
financista y filántropo George Soros.
(3) Interrelacionado con los mercados de la gran producción
y del dinero se asienta el tercer imperio de los medios de comunicación
social. Estos oligopolios o monopolios nos transmiten al instante no sólo
hechos y sucesos, sino la interpretación de tales sucesos. Crean la nueva
cultura del hombre hecho para producir, ganar y consumir. Hoy día los gastos en
publicidad se emparejan con los pasados costos de la carrera armamentística.
Los nuevos valores mercantiles agotan costumbres y valores tradicionales,
gestando la clonación del nuevo "homo oeconomicus".
Por último, Juan Rocamora, representante de la Asociación{on
Miguel Ragone añadió: “Con estos breves puntos sintetizados culminamos la
tercera clase del Ateneo Itinerante Miguel Ragone; en donde pudimos corroborar
que es muy bueno acercarse siempre a la sociedad y a la más necesitada y
escucharlos; antes de tomar mediadas hay que aprender de ellos, hay que
debatir, hay que ser respetuosos del mundo en donde se desenvuelven sus
realidades, hay que trabajar y profundizar proyectos, pero siempre con humildad
escuchando al otro; porque la PATRIA SIEMPRE ES EL OTRO”
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